Llamamiento a seguir el espíritu franciscano en Úbeda
"La Regla y la vida de los franciscanos seglares es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, que hizo de Cristo el inspirador y centro de su vida con Dios y con los hombres.... Los Franciscanos seglares dedíquense asiduamente a la lectura del Evangelio, y pasen del Evangelio a la vida y de la vida al Evangelio."
La orden franciscana seglar de Úbeda se extinguió practicamente hace unos 10 años ,como consecuencia del fallecimiento o la avanzada edad de sus miembros ,por lo que desde este blog hacemos un llamamiento para que ese espíritu franciscano vuelva a estar en nuestra ciudad. No tengan miedo a un exceso de dedicación ya que parte de una tarde de oración y de reflexión franciscana será suficiente, eliminen la pereza de la rutina diaria y recuerden las palabras de Benedicto XVI este mes de Septiembre de 2011 en Alemania " Un agnóstico está más cerca de Dios que un cristiano rutinario"
Invitamos también a todos aquellos que vivan cerca de Úbeda
Para ponerse en contacto hablar con las hermanas clarisas o al 676354214.
Real Convento de Santa Clara de Úbeda
vida de san francisco
Nostalgia de san Francisco (Juan Pablo II)
Oh, san Francisco, estigmatizado de la Verna,
el mundo tiene nostalgia de ti,
cual icono de Jesús crucificado.
Necesita tu corazón abierto a Dios y al hombre,
tus pies descalzos y heridos,
tus manos traspasadas e implorantes.
Tiene nostalgia de tu voz débil,
pero fuerte, por el poder del Evangelio.
Ayuda, Francisco, a los hombres de hoy
a reconocer el mal del pecado
y a buscar la purificación en la penitencia.
Ayúdalos a liberarse
de las mismas estructuras de pecado
que oprimen a la sociedad de hoy.
Reaviva en la conciencia de los gobernantes
la urgencia de la paz
en las Naciones y entre los Pueblos.
Infunde en los jóvenes tu frescura de vida,
capaz de oponerse a las insidias
de las múltiples culturas de muerte.
A las víctimas de cualquier género de malicia,
comunica, Francisco,
tu gozo de saber perdonar.
A todos los crucificados por el sufrimiento,
por el hambre y la guerra,
ábreles las puertas de la esperanza.
Amén.
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